El Imperio Sasánida fue un antiguo imperio persa que existió entre los años 224 y 651 d.C., con su capital en Ctesifonte, en lo que actualmente es Irak. Fue fundado por Ardashir I, quien derrocó a la dinastía gobernante de los reyes partos y estableció la dinastía sasánida.
Durante su apogeo, el Imperio Sasánida se convirtió en una potencia dominante en la región, extendiendo su control desde Mesopotamia hasta Egipto y Anatolia. Mantuvo conflictos continuos con el Imperio Romano, especialmente en las fronteras orientales, lo que dio lugar a varias guerras a lo largo de los siglos.
El imperio fue conocido por su administración centralizada, su sistema legal y su enfoque en el Zoroastrismo como religión oficial. También fue un importante centro de intercambio cultural y comercial en la Ruta de la Seda.
Sin embargo, a partir del siglo VI, el Imperio Sasánida comenzó a debilitarse debido a las presiones externas de los árabes, turcos y bizantinos, así como a las luchas internas por el poder. Finalmente, en 651 d.C., el imperio fue conquistado por las fuerzas árabes musulmanas lideradas por el califa Uthmán ibn Affan, poniendo fin a la dinastía sasánida y dando paso al dominio islámico en la región.
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